Caballeros Asegurados

-¿Dónde estáis amor mío? ¡He regresado!
Su cónyuge apareció por unas de las puertas y con cara radiante contéstole. - ¡Ah! Ángel de amor; habéis regresado..., ¡gracias al cielo que os ha devuelto!
- Sí, y vengo con hambre de placer, quiero besaros, mordiscaros, lameros, mascaros...
¡Qué muero de continencia si no os tomo ya mismo!
- Claro que sí, sol de mi alma, ¡podéis tomarlo, lamerlo, comerlo, meterlo y sacarlo, pero antes ¡ Quitadme este maldito cinturón de castidad, por amor del cielo!¡Doña Leonor, ¿cuándo se ha visto que una desposada ponga a su esposo y señor un cinturón de castidad?
Y así fue que dio comienzo la emancipación de las damas y el mundo empezó a trocarse a mejor mientras los trovadores, jubilosos y alegres cantaban.
¡Qué proeza, qué osadía,
la de doña Leonor
que colocó a su señor
cerrojo férreo a su hombría!
10 comentarios
Goreño -
Merche -
Infierno -
Espuma -
gracias a todos, sois geniales.
Infierno -
NOFRET -
Anoche estuve leyendo sobre los cinturones de castidad (es que el relato me despertó la curiosidad!) y resulta que en realidad no lo ponían los hombres a las mujeres cuando se iban por mucho tiempo, puesto que hubieran muerto por las infecciones al no poder higienizarse y estaba el riesgo de un embarazo incipiente aún no detectado. En verdad, se los ponían las mujeres para evitar ser violadas en algunas situaciones de peligro, como las tomas de ciudades y ataques de enemigos.
(curiosidad del día, cortesía de Nofret) ;)
Infierno -
Pablo A -
NOFRET -
(que no lo entiendo!)
NOFRET -
Muy divertido tu cuentito medieval!
Besos!