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Calavera Infernal

DIARIO CALAVERA(52º DIA?)UN MOMENTO LLAMADO FANTASIA

De pequeño tenía a su madre amargada con sus amigos invisibles. Porque la imaginación de Ernesto -Ernestito en aquella época-no se conformó con tener un amigo invisible como todos los demás niños, no. Ernestito tenía a su alrededor una guardería entera de amigos invisibles, todos con sus nombres, sus gustos y sus colores. Y todos vivían en su casa, se sentaban en su cama, comían a su lado y utilizaban su cuarto de baño.
La obsesión de Ernestito con sus múltiples amigos invisibles, con quienes tenía largas conversaciones a lo largo del día haciéndolos partícipes de su vida de forma activa, llevaron a sus padres a consultar un psicólogo infantil. Tras observar éste la conversación de aquel chiquillo peinado a la taza con tres de sus amigos, frunció el gesto y comenzó a decir con voz calma :

-A su hijo no le pasa nada. Tan sólo es un poco más fantasioso que los demás niños. Vive en un mundo imaginario inventando historias más o menos caprichosas. No le hagan mucho caso. A medida que vaya creciendo, sus amigos invisibles irán desapareciendo. Los adultos también tenemos fantasías, forman parte de la estabilidad emocional. En cierto modo, cuando fantaseamos nos convertimos en niños que juegan con el fin de conseguir que ciertos deseos inalcanzables se hagan realidad aunque sólo sea por un momento …¿Ustedes no tienen fantasías?

La madre de Ernesto creyó pensar que aquel hombre era capaz de leerle el pensamiento, pues en ese mismo instante en que les preguntó, ella fantaseaba con aquellos labios que pronunciaban suavemente palabras tan coherentes y tan bien hilvanadas. Bueno, en realidad, lo estaba imaginando susurrándole palabras al oído. Dio un respingo.
Pagaron la consulta, un dineral por cierto, para irse de allí de nuevo con Ernestito y la patulea de niños corriendo por el pasillo detrás de él. Habría que tener paciencia…

Ernesto fue olvidando sus amigos de la infancia y los fue reemplazando como todos los adultos casi sin darse cuenta, de forma inconsciente por otras preocupaciones más acordes con su madurez. Su mundo fantástico se fue emborronando de días vividos, de trabajo, de cotidianidad e hicieron de Ernesto un hombre maduro y formal, con un trabajo, una familia y una vida estables, donde la fantasía ocupaba el mínimo espacio.
Echaba de menos a Susanita, Carlitos, María, Pete y Andresito, sus pequeños amigos de la infancia, los que antes se fueron.
No había podido olvidar a Mónica, la invisible adolescente donde proyectaba el despertar de sus sentidos. Ella se fue un día cualquiera sin decir adios. Nunca más volvió, no entendió por qué.
Ernesto no los había borrado de la memoria, aunque ya no sabía cómo hablar con ellos. La verdad es que aquello de fantasear estaba bien, era divertido y nunca se sentía solo en casa.
Ojalá pudiera volver a verlos, aunque para fantasear hacía falta mucha imaginación, y ya no estaba él seguro de tenerla. Un día, comenzó a escribir guiado por una pluma invisible que le empujaba a sembrar letras en folios en blanco. Después, le resultó mucho más cómoda la máquina de escribir para hacerlo. Era como si las palabras saliesen solas desde las teclas. Después se compró un ordenador, mucho más práctico, sobre todo por lo que ahorraba en papel.
Y cuando descubrió la ADSL, Susanita, Carlitos, María, Pete, Andresito e incluso Mónica, reaparecieron como si nunca se hubiesen marchado de su cabeza.

4 comentarios

Goreño -

Todos hemos pasado por algo parecido, aunque los hay de mayores que siguen aún más fantasiosos. Muy bien, paisana, besitos.

Pablo -

Muy bueno, merche. Yo de pequeñito era el jefe de una banda imaginaria (tan jefe debía ser.. que ni recuerdo los nombres)
Bueno.. y tambíen pintaba los palillos de colores y jugaba a los fórmula uno, usando de circuito el canto del rodapie de la casa...
Y por fín, llegó la internete y me metí en un Saloon del Oeste donde había gente que destilaba letras...
Ea.. qué tiempos...

Un beso.

white -

¿y quién no tiene uno o varios amigos invisibles aunque le vayamos poniendo caras poco a poco?

Octavia -

Jo , me encanta , me ha recordado a Rafa y Emilio , los amigos invisibles de mi hijo , y a mí cuando empecé con esto del " internete"...
Besito , guapísima.