Historia del Más Allá, contada acá

Todo empezó por una apuesta. Tonterías de una tarde de aburrimiento cuando no sobra el trabajo y quedan aún cuatro horas de jornada. Entre risas, bromas y miradas esquivas el tiempo se detuvo entre aquellas paredes y se abrió la puerta hacia una cuarta dimensión.
Sentada ante la echadora de cartas vestida de blanco, observaba divertida los gestos de la bruja de alquiler, muy seria ella y muy puesta en su papel de adivinadora, barajando las cartas que había sacado de un paño negro con la mano izquierda, encendiendo la vela con movimientos lentos, respirando hondo y cerrando las persianas para que no se oyeran los ladridos de los perros en la calle.
-Elige tres cartas del montón con la mano izquierda.
Ella alargó la mano y escogió dos cartas sin pensar.
-Una tercera, vamos que no tenemos toda la tarde
Una carta sobresalía sobre las demás. Eligió esa.
-Ahora pon tu mente en blanco ¿Ya?
-No puedo poner mi mente en blanco si me miras con esa cara. Me das risa
-Oye, que esto es serio ¿Quieres que te eche las cartas o no?
-Sí, pero dime todo lo que veas. No te guardes nada ¿Lo prometes?
-No puedo hacer promesas de ese tipo. Te diré lo que crea conveniente, que para eso soy la bruja. Voy a hacerte una tirada simple.
Lentamente fue dándole la vuelta a la primera carta, el pasado .
- Veamos El Sol, tu pasado: has tenido una vida feliz, llena de ilusiones. Eres una persona justa y equilibrada, punto de encuentro para los demás, que confían en ti porque les has demostrado que pueden hacerlo. Eres una persona querida y admirada. Buen comienzo. Segunda carta, el presente: La torre, del revés. A ver la tercera El diablo, del revés Bueno, mejor lo dejamos para otro día -comenzó a decir la bruja vestida de blanco
- ¿Cómo que lo dejamos para otro día? ¿Qué has visto? Has visto algo malo, te ha cambiado la cara. No quiero dejarlo para otro día
- Pero si yo echo las cartas con mi chuleta a cuestas, tonta. No tengo ni idea de esto, en serio. Es una chorrada. Vámonos de aquí.-Comenzó a recoger la baraja y a doblar la chuleta que, efectivamente, llevaba y había desplegado en la mesa junto a la vela que amenazaba con extinguirse. Además , los perros no paran de ladrar, mal augurio. No es buen momento para hacerlo. Encima es sábado, no se pueden echar las cartas un sábado ¿lo sabías? Trae mala suerte.
- De aquí no nos vamos hasta que no me sueltes lo que dicen estas dos puñeteras cartas, me estás asustando.
- Te esperan malos tiempos: Desilusiones, caídas desde tu cielo, eso simboliza la torre. Todo aquello en que creíste se desmoronará. Sufrirás decepciones, miserias, antes de lo que tú piensas. El futuro no aparece mejor. Pero bueno, no les hagas caso, son sólo cartas y yo, sólo una bruja de pacotilla
- ¿Qué has visto realmente? Háblame claro ¿Y el Diablo?¿Qué significa?
- No he visto nada más- mintió
Volvieron a entrar en la sala con los demás que las esperaban divertidos.
La bruja dejó de ser bruja y ella dejó de ser consultante. Aunque ninguna de las dos podía dejar de pensar en los momentos previos. La bruja porque quería a su amiga.
Ella, porque acababa de descubrir que su vida tenía vacíos a partir de ese momento en que se cruzó con aquellas cartas y con aquellos ojos de su compañero que la desnudaba por encima de lo físico. Si él era el diablo del que hablaban las cartas no era ella nadie para llevarle la contraria a su destino, aunque después se arrepintiera de haber pasado tan sólo un minuto de su vida en aquel fuego que quemaba sin dejar cicatrices externas que curar.
(Continuará)
8 comentarios
Comella -
Goreño -
Jimul -
white -
Me gusta mucho bruji, sigue pronto
Espuma -
no me agrada nada que me dejen con la boca abierta Merchita, anda que ese continuará no me ha dejado mas sabor ni nada... ¡Jolines! :-(
¿y cuándo será esa continuación?
Es un relato que me encanta, me chiflan estas historias deL Más Allá...
un beso ¡ y no tardes en acabarlo!
Enrique -
Un saludo!
Pablo -
Octavia -
BESAZO.
(Vaya , me ha salido gritando...)