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Calavera Infernal

Derivando (26)

Derivando (26) Todo estaba dispuesto para el viaje, a juzgar por los macutos en el recibidor... Tras las presentaciones de rigor, cogieron los equipajes y se fueron hacia el garaje del edificio, dirigiéndose hacia el coche, un todo-terreno modelo Toyota, (Carol siempre le había gustado comprar las cosas con mucho estilo y clase) El amigo le tendió las llaves del coche, ella las rehusó, devolviéndoselas y pidiendo que hiciera el viaje hasta la nueva residencia, ya que él sabía exactamente donde se encontraba, fuera ya de la ciudad, se acomodaron para hacer un viaje relajado y tranquilo... Pusieron la música en el equipo del coche y se dirigieron hacia su nueva vida... Cuando llegaron a la casa que sería su nueva residencia... Mario y Carol tenían los ojos como platos al ver sus sueños realizados... Ellos, cada uno por su parte habían soñado con vivir en un pueblo, y trabajar desde allí... Derivando sus situaciones personales habían llegado a lograr cumplir uno de sus sueños más deseados: Una casa en el campo... Cenaron frugalmente y el cansancio del viaje pudo más que las ganas de disfrutar su primera noche en la casa... Todos se fueron a la cama... Carol y Mario durmieron, por primera vez durante mucho tiempo con una sensación de paz real...

Los rayos del sol ya habían inhundado las habitaciones de la nueva casa de Carol y Mario... Poco a poco fueron desperezándose del sueño al que se habían abandonado... Mario acarició suavemente la piel de Carol, mientras ella ronroneaba como un gata, una hermosa y salvaje gata... El desayuno fue como de costumbre, frugal, café con leche y algún bollo despistado en la mesa de la cocina... Poco a poco fueron contemplando cada uno de los rincones de la casa... Carol se había gastado todos los ahorros de su vida, pero había merecido la pena.

La vetusta apariencia de la casa seguía como si se tratara del primer día, si bien la estructura interna había sido modificada en su distribución espacial: La cocina,
cuarto de estar, más una habitación y un cuarto de baño monopolizaban la planta baja... Tras subir unas escaleras, se llegaba a la planta primera en la que se hallaban 4 habitaciones más un despacho... Garaje, cobertizo y otras dependencias vacías rellenaban el llamado patio o corral exterior...

El día siguiente todos juntos, gozando de la casa y haciendo los primeros planes de decoración.

Tras despedir a los amigos, Carol y Mario quedaron solos en aquella casa, la casa que les daría cobijo para el resto de sus vidas... Poco a poco fueron decorando la casa... Transcurría el tiempo... Los días comenzaban a resultar más agradables y cálidos... Mario fue ocupando el despacho con sus cachivaches... Inhundando de cables y aparatos electrónicos el despacho, mientras Carol le iba dando un toque acogedor y un tanto rural... Flores aquí y allá, muebles de madera que soportaban los aparatos electrónicos de última generación y el perfume de Carol ponían una nota de color al lugar de trabajo... A medida que iban terminando la decoración, comenzaban a interesarse por la vida de aquel lugar... No tardaron en hacer amistad con algunos miembros de la localidad, de mostrar su casa a los lugareños interesados y de preparar cenas o encuentros con los nuevos amigos, o con los amigos de Carol que de tarde en tarde venían con los últimos accesorios tecnológicos pedidos por Mario...

Era Mayo, como siempre, después de comer Mario y Carol salían a dar una vuelta por el campo y aprovechar ese calorcito preveraniego... Aquel día anduvieron bastante más que de costumbre, parándose en un paraje con una ribera al lado... Se bajaron de las bicicletas de montaña, descargaron las bolsas con la merienda y se refugiaron bajo la sombra de una encina... La tarde era radiante... Probaron el agua, se miraron y como si se tratara de una idea relámpago que atravesara sus mentes, se desnudaron, dejándose caer al agua... Jugaron y retozaron juntos en el agua durante bastante rato... Cuando lo creyeron oportuno salieron del agua refugiándose en una toalla que les estaba esperando bajo la sombra de la encina... La toalla rodeaba sus cuerpos desnudos y frescos, mientras sus labios y sus cuerpos se rozaban y exploraban cada uno de los poros de la piel del otro... “Mario, todo esto es muy bonito, y aquí se respira una paz, como pocas veces haya tenido oportunidad de hacerlo, quizás ninguna... Pero tenemos que hablar de nuestro futuro, no podemos seguir así, sin hacer nada... Debemos pensar qué vamos a hacer... Cómo vamos a jugársela a esos cretinos de mi empresa...

2 comentarios

Jimul -

Gracias, muchas gracias por tus palabras.

Goreño -

Bonita aventura de Carol y Mario. Muy bien contada. Un placer leerte.