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Calavera Infernal

Derivando (5)

Derivando (5) ...necesitaba esa especie de catarsis que significaba Mario dormido a su lado en la misma cama.

Mario no suponía nada de esto porque, por otro lado, a Leire no le gustaba hablar de su vida privada, Mario tampoco preguntaba, no se sentía cómodo en esa especie de interrogatorio que suponía para Leire cualquier pregunta sobre su vida privada. Así que para él ella era un misterio y para ella, Mario era la respuesta a sus sollozos.

Se planteaban proyectos constantemente, viajes, visitas, paseos y vida por rellenar hueco a hueco. Leire la aspiraba a largos suspiros para retener la esencia de esos momentos. Mario se dejaba llevar por esa sensación cómoda de sentirse amado.
¿La amaba? Él pensaba que si, que amar era entenderse y compartir... era cómodo amar, y se podía hacer desde casa.
Leire pensaba que en toda relación había un amante y un amado. El amante da y el amado se deja llevar y recibe gustoso. El amante sostiene y el amado se deja balancear al compás de los latidos del otro. Sin amante no hay amado, pero siempre habrá deseos.
¿Quién era Leire?, ¿quién sostenía aquella relación... quién amaba... quién se dejaba llevar?... ¿Quién era Mario?

Y mientras todas estas preguntas se hacía Leire, Mario dormía como un niño, dormía dulcemente ajeno al sufrimiento de Leire... Durante media hora hubo un silencio sepulcral en aquella casa... Mario dormía y Leire le miraba, atusando los cabellos... Mario despertó, la miró, se reclinó y comenzó a besarla... No podía haber tanto gozo en mi vida (pensaba Leire) No tardaron ni 5 minutos en irse a la cama... Allí amaron, se emborracharon el uno del otro: GOZARON.

Era mediodía cuando el sol se apoderó de la habitación, Mario despertó y vio que Leire seguía dormida, profundamente dormida y con un semblante feliz... Fue a la cocina y preparó el desayuno para los dos: Café sólo para ella y cargado, café con leche para él... Unas tostadas y un zumo de naranja acompañaban a los cafés. Con un beso muy suave Mario despertó a Leire, ésta se desperezó poco a poco y con una sonrisa dio los buenos días. Leire quedó absolutamente impresionada por el detalle de Mario y lo agradeció infinitamente, era la primera vez en su vida que Mario hacía el desayuno y lo llevaba a la cama... ¿¿¿Significaría algo aquello???

Desayunaron y Mario se fue al cuarto de baño... Hoy podría ser un día importante en su vida y, como siempre llegaba tarde... Leire mientras daba el último trago de su café cargado ideó una travesura... Tomó el último trago y desnuda se encaminó al cuarto de baño, antes de entrar apagó la luz (los pulsadores estaban fuera de las habitaciones) y se encaminó a la ducha... "¿Leire, eres tú?" (preguntó Mario desconcertado) Leire entró a la ducha y acarició en la oscuridad a Mario... Mario respondió a sus caricias con sus juegos particulares... Se ducharon, o más bien, jugaron en la ducha... Todo iba de maravilla, si existía la Gloria, ese podía ser el momento... Leire no podía soportarlo más y reventó a llorar... Mario confundido, salió de la ducha, encendió la luz y vio acurrucada a Leire en la ducha, llorando como una Magdalena. Mario con mucho tacto fue hacia la ducha, se agachó, cogió suavemente a Leire y la abrazó, Leire se dejó querer y comenzó a balbucear... por fin contó su vida a Mario.

Hubo un silencio muy profundo, casi angustioso, Mario no podía dar crédito a sus oídos, y pensó por una vez en su vida, que debía pensar menos en él mismo y más en los demás, y no es que fuera un egoísta, sino que se desentendía fácilmente de la vida de los otros... Aquel día se lo dedicó sólo a Leire, creando una amistad muy profunda que Mario no pudo soñar jamás.

Por la noche, Mario decidió que había que dar un respiro al alma, jaleando al cuerpo y "darle cancha" como él decía, y juntos fueron a la discoteca de moda en aquella ciudad costera...

Y allí estaba Luisa, agenciada a un personaje muy patético y que pretendía ir de duro por la vida... Mario la saludó y ella se dio la vuelta (estaba muy ofendida) Mario no entendía nada y siguió su noche loca con Leire... Pero fue al salir de la discoteca cuando realmente vieron la miseria de Luisa...

Luisa estaba tirada en medio de la calle con la ropa rasgada y el rostro destrozado. Ambos corrieron a ayudarla, Mario no pudo contener sus lágrimas y gritaron pidiendo auxilio. Luisa les dijo entre sollozos que el energúmeno con el que estaba había intentado violarla y sacarle toda la pasta, el dinero se lo había llevado... pero ella había luchado con uñas y dientes, y en vista de la concurrencia su “amigo” decidió dejarla ahí tirada y no perder el tiempo “con una perra”.
Decidieron que Mario la acompañaría en la ambulancia, al fin y al cabo era la persona más cercana a ella que vivía en la ciudad. En el viaje al hospital, Luisa le contó lo que había sido su vida desde la ruptura. Había pasado de chulo en chulo... de las manos de uno a las de otro en poco tiempo, la necesidad de compañía la había llevado a una situación extrema de dejadez, y ahora lloraba porque esta no era la primera paliza que recibía.
Mario la miraba atento, sin poder esconder una mirada de ternura que lo acercaba íntimamente a ella. Habían sido tres años compartidos con esa mujer que ahora yacía en la camilla y le dolía su falta de valor y de amor propio en estos momentos. La vio como un ser extraño que nada tenía que ver con la Luisa que lo mandaba a la ducha tres veces al día.

Leire llegó un rato después que la ambulancia, el rostro desencajado y las manos temblorosas, no tanto por lo ocurrido a Luisa sino por el miedo que le daba perder a Mario si él se volcaba con ella. Es lógico que Mario quiera estar a su lado, eso lo honra, pensaba, pero que no me abandone, que no me abandone, Dios mío.
Enseguida lo vio en la sala de espera y se acercó corriendo “Qué, ¿cómo está?”.
Luisa tenía dos costillas rotas, hematomas y contusiones por todo el cuerpo y ahora la estaban explorando para descartar cualquier afección interna. Mario, con el rostro paralizado se echó a llorar “Ese hijo de puta me va a oír... ese mamón se las va ver conmigo... Leire... Lo voy a matar... Lo voy a rajar de arriba abajo”.


(continúa)

2 comentarios

Goreño -

Interesante historia bien hilvanada, la prosa y la ortografía, impecable. Esperamos ver qué pasa al final. Creo que sería un buen guión para el cine. Saludos.

white -

Me gusta como avanza la historia. Estoy dseando continuar.