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Calavera Infernal

En realidad, no se trata de celebrar un aniversario ni de intentar recordar…
No se puede pretender recordar lo que jamás pasará al olvido.

Hace ya un año de la masacre del 11 de Marzo de 2004. Parece que el tiempo se ha mostrado impasible para demostrarnos así que el dolor, la injusticia, la muerte, el asesinato, no pueden quedarse flotando en un pasado de una historia de un pueblo.

Desde estas palabras sólo quiero expresar que no olvido, que no puedo pretender que todo vuelva a ser como antes. Hoy, por fin, al guardar los cinco minutos de silencio en torno a una vela roja llameante y unos tulipanes blancos, he podido llorar. He podido llorar por las personas que perdieron su vida. He podido llorar por las familias destrozadas, por los que perdieron a sus hijos, a sus padres, a sus amigos, por los que perdieron el amor de su vida… Estas lágrimas, os aseguro que han sido muy importantes para mí. Y han sido transcendentes porque, hasta ahora, no habían podido salir de mis ojos, porque mis ojos no estaban preparados para ver lo que vieron y me ocultaron su visión, encubriendo el dolor y el sufrimiento, en un intento de bloquear los sentidos.
Hoy, por fin, he podido llorar por ellos y he podido llorar por mí.

2 comentarios

white -

quería decir deben no eben

white -

es cierto, el horror a veces anulan las lágrimas, pero las lágrimas eben aflorar para poder tragar la amargura.