Blogia
Calavera Infernal

Derivando (2)

Derivando (2) El cuerpo de Mario fue rescatado por los del SAMUR a las siete de la mañana cuando un grupo de escolares lo avistó tendido en la playa. Curiosamente los niños experimentaron más interés por ubicar la patera que por ver la cara de un ahogado en directo.
“No hay patera, no ves que no es negro, ¿imbécil?”

Según el dr. López Martínez, Mario se encontraba bien, pero no dudó en llamar al psicólogo por lo que pudiera pasar...

El psicólogo no era tal, sino una psicóloga muy atractiva, joven, dinámica y muy simpática... Mario, aún drogado por los efectos de los sedantes y de los potingues químicos de la Medicina, la miró fijamente y descubrió en los ojos algo familiar... Era la Srta. Leire Ordax, pronunciaba las palabras con mucho tacto, sabía muy bien como actuar en esas situaciones, era una magnífica profesional: LE GUSTABA SU TRABAJO... Yo, al principio no quise prestarle atención, pero poco a poco me fue enganchando a su jugada, hasta quedar prendido totalmente a ella (¿No saben que los pacientes se suelen enamorar de sus médicos?)... Y se dio cuenta enseguida de un pequeño rasgo distintivo de su personalidad, las s las pronunciaba de una forma muy sensual, sonaba de una forma muy dulce ¡¡¡QUÉ MUJER!!! De repente y como de un click se tratara, recibió una información subcosciente su cerebro: ERA ELLA, LEIRE, SU COMPAÑERA DE INSTITUTO, la había conocido a los 13 años durante 1º de B.U.P; luego como siempre no volvió a saber nada más de ella...

Leire se había convertido en una de las mejores psicólogas de la profesión, de 25 años, tenía una carrera ascendente y meteórica en su profesión, pero no por lo que se pueda pensar (ser hija de papá, o tener relaciones con uno de los gerentes de aquel complejo hospitalario) es que era una Buena Profesional... Ella también se dio cuenta de quien era, y su relación se estrechó, lo sabían pero no decían nada... Soraya en un impulso, nada profesional por otra parte, comenzó a acariciarle el rostro, siguiendo poco a poco por todo el cuerpo...

No se sabe el tiempo de la consulta que había pasado Mario con Leire (ahora ya no era la psicóloga, era Leire) Mario se sentía muy cómodo en esa situación... Y resultó lo que tenía que resultar: Se solazaron como dos viejos amantes en esa cama unipersonal y un tanto triste, pero en esa compañía todo era alegre, hasta esa situación...

Luisa, amiga de Leire, (la Ex de Mario), no pudo evitar observar aquélla situación y tomó buena nota de lo que había sucedido aquélla tarde de Julio...

No es que a Luisa le importara lo más mínimo lo que ese gandul ludópata hiciera con su existencia, ciertamente no era esa la razón de sus preocupaciones. Volvería a entrar en su vida, lo haría, seguro, si la relación con Leire iba a más, Mario volvería a entrar en su vida, y ese instinto maternal que siempre la había acompañado trataría por todos los medios de hacerse dueño de su conducta.
Siempre fue igual, “Mario busca trabajo”, “Mario, ¿no te aburres todo el día en casa?”, “Mario, deja la game-boy y pon una lavadora”, “Mario, en la sala de recreativos sólo hay niños, ¿no te da vergüenza?”. Solo le faltaba

(continúa)

0 comentarios