Desengaño
Desde mi concepción se esperaron grandes cosas de mí. Aún recuerdo lo radiante que solía verme, joven e imponente. Nadie quedaba indiferente ante mi porte y belleza. Grandes logros vaticinaba de mi vida que apenas empezaba: prestigio, viajes, fiestas, rodearme de gente importante. Esa fue, creo yo, la causa de mi desgracia. Jamás dudé que todo era posible para mí, ni por un minuto dejé de creer que mi vida sería larga y productiva, llena de aventuras, llena de éxitos. Fue por eso que no dudé en devorar el tiempo, en correr más de lo que debía. Me creí (o me hicieron creer) infalible, inmortal.
Nunca hubiera imaginado que mi existencia sería tan breve como un suspiro, y que pronto me sumiría en la peor de las tragedias. ¡Cuánto brillé! Pero qué corto fue. Y, por tanta expectativa, por tanta fantasía pueril sobre mi fulgurante futuro, mi caída fue aún más estrepitosa. No podía aceptar que me estaba hundiendo en el medio de la nada, en un mundo congelado. Grité por ayuda, pero nadie respondió. Sé que hubo quien me oyó, pero mis gritos fueron ignorados. Nadie creyó que, justamente yo, podría necesitar que me socorrieran. Resistí cuanto pude, pero finalmente me quebré y me hundí en la más profunda oscuridad. Cuánta vida esperé, cuánta vida desperdiciada. Hasta mi nombre me quedó grande, tristemente ridículo, patético en su ironía: Titanic.
Nunca hubiera imaginado que mi existencia sería tan breve como un suspiro, y que pronto me sumiría en la peor de las tragedias. ¡Cuánto brillé! Pero qué corto fue. Y, por tanta expectativa, por tanta fantasía pueril sobre mi fulgurante futuro, mi caída fue aún más estrepitosa. No podía aceptar que me estaba hundiendo en el medio de la nada, en un mundo congelado. Grité por ayuda, pero nadie respondió. Sé que hubo quien me oyó, pero mis gritos fueron ignorados. Nadie creyó que, justamente yo, podría necesitar que me socorrieran. Resistí cuanto pude, pero finalmente me quebré y me hundí en la más profunda oscuridad. Cuánta vida esperé, cuánta vida desperdiciada. Hasta mi nombre me quedó grande, tristemente ridículo, patético en su ironía: Titanic.
9 comentarios
NOFRET -
Y lo de los pedos de buzo, lo lamento, Espuma, es tarde, ya hice un conjuro para que ahora tus burbujas apesten. :P
Besos
Espuma -
muy bueno y bastante ameno de leer, amiga momia.
un beso.
estooooo... lo que te dije en el foro de las peleas de Atra, es mentirijilla, je,je,
aunque esos pedos de buzo... :=(
Goreño -
NOFRET -
Jimul -
NOFRET -
Besos a las tres!
Merche -
besitos
white -
Octavia -
Besito.